Un día para llorar
Después de un día agotador no me quedó más que llorar, y no fue por el exceso de trabajo sino porque me encontré en plena "Marcha de los Pingüinos", el aire estaba irrespirable y casi no se podía caminar por el tumulto de gente que trataba de arrancar.
Llegué llorando a la oficina y traté de persuadirlos aprovechando las lágrimas para conseguir un aumento de sueldo...pero no funcionó.
Bueno después de tanto llanto tiene que llegar la alegría, así que los dejo con un nuevo videíto de chascarros, si se dan cuenta son solo mujeres.
"Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes." Khalil Gibrán
Un abrazo cariñoso
Il Postino